*Andres Bañales tuvo que batisrse en doce saltos en Sub 23 Femenil, para doblegar a Nuevo León
MONTERREY, Nuevo León, 15 de mayo de 2015.- No siempre se llora de tristeza, también se llora de felicidad, tal y como le sucedió a la bajacaliforniana Andrea Bañales Borboa.
La razón no era para menos, después de doce saltos se convertía en la campeona en salto con garrocha en Olimpiada Nacional 2015, tras una férrea batalla con la anfitriona neoleonesa Victoria López.
Luego de empatar con 3.50 metros, Andrea Bañales y Victoria López protagonizaron una de las luchas más interesantes por la medalla de oro, hasta que la bajacaliforniana logró rebasar la varilla en la misma marca que las mandó al desempate.
“Nunca había experimentado tanta felicidad, es una felicidad que cuesta pero al fin de cuentas te llena, es algo que uno quiere, te llena tu alma, tu espíritu, toda tu mente gira alrededor”, dijo.
Con ojos llorosos pero llenos de felicidad, Andrea destacó que este es el resultado a muchas horas de entrenamiento, a realizar una y otra vez cada repetición hasta pulir la técnica y la estrategia para atacar en el salto.
“Este es mi primer oro en mi segundo año de Olimpiada Nacional, apenas me la creo pero se siente muy bonito, se siente mucha felicidad, se siente mucha satisfacción, muchas ganas de hacer las cosas, mucha adrenalina y mucha pasión”, dijo.
Andrea Bañales comentó que ha sido una competencia de mucha resistencia, de mucho corazón, confianza y fe, además, de inteligencia para cambiar la estrategia cuando no sale el salto.
“Cuando que ya estaba del otro lado de la varilla y vi que no se cayó, dije: Wow, no lo puedo creer, no lo puedo creer, eso fue lo que dije y me puse a llorar de la emoción, yo tenía demasiada presión, ahí fue donde solté todo.
“La verdad que no lo soñaba con tanta fuerza, porque en este salto que lo pase me imaginé a todos festejando, abrazándome, estaba segura, tenía nueva estrategia”, manifestó.
La novia del medallista de oro en 1,500 metros planos Sub 23, Alexis Verdugo, destacó que en todo momento tuvo en su mente a su madre Cristina Borboa y a su abuelita Martha Fierro, quienes la han enseñado a tener fe en lo que hace.
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